jueves, 26 de marzo de 2015

ECOS DEL PASADO

Hola a todos.
Aquí os traigo un nuevo fragmento de Ecos del pasado. 
Sigamos adentrándonos en la historia de amor entre Charlotte y Alexander.

                                    De no ser por las simpatías que sentía Alexander hacia Napoleón, Charlotte se habría casado con él. Lo amaba y quería convertirse en su esposa. Le había dado a elegir y él quería las dos cosas. Quería luchar por Napoleón y quería estar con ella.
                                 Tanto Charlotte como Melinda habían recibido una esmerada educación. Sir Héctor esperaba verlas unidas en buenos matrimonios, pero, sobre todo, deseaba que fueran felices. Las dos se lo merecían. Una institutriz se encargó de la educación de las dos primas. La mujer le dijo a la difunta esposa de sir Héctor que Melinda era demasiado inteligente. En cambio, Charlotte era más soñadora.
                           Sin embargo, Charlotte había cometido una importante transgresión.
                          No quería pensar en eso ahora que iba a casarse con lord George.
                          Enamorarse de aquel traidor había supuesto la ruina de Charlotte. Al menos, ésa era la sensación que ella tenía. De momento, nadie sabía que no era virgen. La única que lo sabía era Melinda y Charlotte sentía que se iba a morir al imaginar cómo sería su noche de bodas con lord George.
                          La serena joven que había sido se esfumó en aquel baile donde conoció a Alexander. Desde entonces, no había vuelto a haber serenidad en su vida.
                           Charlotte había salido a dar un paseo sola aquella tarde decidida a no pensar. Intentando apartar de su mente a Alexander. Pero los recuerdos acudían una y otra vez a su cerebro sólo para atormentarla. Para hacerle daño.



                               Volvía a recordar las noches que pasó acostada con Alexander a la orilla del río Támesis. Los dos desnudos...
                              Recordaba cómo se habían besado con ardor una y otra vez en los labios. Recordaba los labios del joven recorriendo su cuello. Succionando sus pezones.
                              Ella entregándose con regocijo a él. Queriéndole. Amándole con todas sus fuerzas.

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