sábado, 21 de marzo de 2015

ECOS DEL PASADO

Hola a todos.
Este fragmento nos va a servir para que conozcamos un poco mejor las condiciones en las que Charlotte y Alexander se conocieron.

                                             Lady Charlotte Stanyon era una joven delgada, pero estaba bien proporcionada. Llevaba su cabello de color castaño recogido en un moño.
                               Alexander la recordaba siempre así cuando evocaba su recuerdo.
                             Había sido invitado a una fiesta que celebraban los Granville.
                             Era una de las pocas personas que todavía se relacionaban con Alexander.
                             El joven no había ocultado a nadie su simpatía por la Revolución Francesa.
                             En opinión de muchos, Alexander estaba así porque había leído demasiados libros que no debía de haber leído. Luego, decía a viva voz que Inglaterra no necesitaba un Príncipe de Gales que se dedicaba a despilfarrar el dinero en juergas y mujerzuelas.
                            ¡Esas cosas no debían de decirse en voz alta!
                           Fue mister Granville quién le presentó a lady Charlotte Stanyon.
-Su padre es uno de los hombres más ricos de todo Berkshire-le informó-Por desgracia, su madre falleció hace algún tiempo. Todavía no se ha casado.
-Me extraña que no lo haya hecho-comentó Alexander.
-A su prima, lady Melinda, le ha ocurrido una desgracia. Su prometido se ha comportado como un verdadero miserable con ella. Ha roto el compromiso.
-Deberían de haberle castrado. No se puede faltar a la palabra dada.
                           Charlotte bebió un sorbo de su copa de champán. No quería beber porque no estaba acostumbrada. Su prima Melinda estaba en el jardín acompañada por una de las criadas de mistress Granville. El champán le había sentado mal.
                          Entonces, mister Granville se le acercó. Venía acompañado por el hombre más apuesto que Charlotte jamás había visto.
-Y aquí tiene a una de las flores más hermosas de todo el condado-afirmó el anfitrión.
-Se ha quedado corto al hablarme de ella-sonrió aquel joven tan apuesto como encantador.
-Buenas noches...-saludó Charlotte, haciendo una reverencia-Muchas gracias por invitarnos a su fiesta, señor.
-¿Se está divirtiendo, lady Charlotte?
-Estoy pasando un rato entretenido. Gracias...
-Bien...Quiero presentarle a un buen amigo. Cuesta mucho trabajo que venga a fiestas. Es más bien solitario.
                         Mister Granville hizo las presentaciones. Lord Alexander Cranleigh, marqués de Charleston. Lady Charlotte Stanyon, hija de sir Héctor.
                          Por suerte, mister Granville no mencionó que lord Alexander estaba en la ruina por culpa de la mala cabeza que siempre tuvo su difunto padre. Y hacer negocios con el joven era misión imposible. Nadie le quería como socio por culpa de sus ideas.
-Encantada de conocerle, Excelencia-le saludó Charlotte-Es todo un honor.
-Yo soy el que se siente honrado por conocerla, lady Charlotte-afirmó Alexander-Es un placer.
                           Cogió la mano de la joven. Se la besó con delicadeza.
                           Charlotte se ruborizó. No estaba acostumbrada a ser el centro de atención.

                        

                    Mister Granville se marchó. Dijo que debía de atender al resto de los invitados.
                    Dejó a Charlotte en compañía de Alexander. Éste la invitó a bailar una pieza.
                    Ella aceptó.
                    No dejaron de mirarse a los ojos mientras bailaban. Tenían la sensación de que se habían conocido anteriormente, en otra vida.      

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