lunes, 31 de agosto de 2015

"BOOM BOOM" DE "BLUE 4 U"

Hola a todos.
Aquí os traigo el que posiblemente es uno de los últimos trabajos de la banda catalana Blue 4 u. 
Es la banda sonora de una película de animación española del año un tanto olvidada llamada Goomer.
La canción se titula Boom boom. 
¡Disfrutad con ella!


domingo, 30 de agosto de 2015

ECOS DEL PASADO

Hola a todos.
Hoy, os traigo un fragmento de Ecos del pasado bastante cortito.
Veamos qué ocurre.

                                 La familia Stanyon regresó a casa dando un paseo. Melinda se dio cuenta de lo callada que iba Charlotte. Tenía la mirada baja. Se había percatado de que tenía los botones del corpiño de su vestido mal abrochados.
                                  Melinda frunció el ceño.
                                  Charlotte tenía en el cuello lo que parecía ser la señal de un mordisco apasionado. Y sus labios estaban hinchados. Parecía que había estado besando a alguien durante mucho rato.
-¿Va todo bien?-le preguntó sir Héctor a su hija en cuanto el mayordomo les abrió la puerta.
                                  Pasaron al recibidor.
                                  Charlotte asintió a modo de respuesta.
                                  En el momento en el que Alexander soltó las horquillas con las que había recogido su dondella su cabello, Charlotte se olvidó de todo.
                                 Se había entregado a él nuevamente en el jardín de la casa de los Flemming. Volvía a ser la ramera de un traidor.
                                   No se dio cuenta de que Alexander se había desnudado completamente y la tumbó con delicadeza sobre la hierba, junto a las rosas, mientras la desnudaba. La mente de Charlotte se nubló completamente. No pudo pensar de forma racional.
                                  Tan sólo podía sentir las manos de Alexander acariciando su piel. Podía sentir sus propias manos acariciando el cuerpo bien formado del joven. Sus labios se posaron sobre los labios de ella.
                                 Charlotte correspondió de buena gana a cada uno de los besos que Alexander le dio. Abrió la boca para facilitar el acceso a su lengua. Bebió del sabor de la boca de Alexander con deleite.
                                   La lengua del joven recorrió su cuello. Lo mordisqueó suavemente mientras Charlotte se estremecía de placer. Y, luego, lo sintió besando con arrobo sus pezones erguidos.
-Charlie, tengo que hablar contigo-le dijo Melinda a su prima.
                                    Subieron la escalera. Charlotte no se atrevió a mirar a su prima a la cara.
-Has visto a Alexander-observó Melinda.
-¡No le he visto!-mintió Charlotte, alterada.
-Tus ojos te delatan, Charlie. Es normal que le hayas visto. En tu corazón, lo sigues amando.

sábado, 29 de agosto de 2015

ECOS DEL PASADO

Hola a todos.
Hoy, os traigo un nuevo fragmento de Ecos del pasado para no perder las buenas costumbres.
En esta ocasión, veremos algo que ocurrió mientras que Alexander estaba fuera de la isla: su visita a lord Valiant a la cárcel.

                                      Alexander entró en la prisión de Newgate maldiciendo el nombre de Valiant. Aquel lugar estaba lleno de los peores criminales. Pero también le sorprendió ver a hombres que estaban presos por haber robado comida en una tienda. A hombres que habían sido expulsados de las casas en las que vivían con sus familias por no ser capaces de pagar el alquiler.
                                    Lord Valiant estaba en una mugrienta celda. Otros tres hombres que también estaban presos les hacían compañía. Eran un asesino, un ladrón y un hombre que estaba allí tras haber robado una tarta de la pastelería. Lord Valiant estaba muy delgado.
                                   Era una galería donde había mucho ruido. Los presos y los guardias gritaban. Se escuchaba el sonido de los golpes que una persona le propina a otra cuando se le golpea. El estómago de Alexander se encogió. Lord Valiant tenía los dos ojos amoratados.
-¡Son unos hijos de puta!-exclamó Alexander, lleno de rabia-¿Y sigues pensando en ir a luchar por defenderles?
-No les defiendo a ellos-contestó el aristócrata con voz cansada-Defiendo a Inglaterra.
-¡Es lo mismo!
                                  Lord Valiant estaba muy cansado. Sus huesos estaban doloridos. Llevaba durmiendo en el frío y duro sueldo de la celda desde hacía una semana. Ni siquiera tenía una manta con la que taparse.
                                  En su fuero interno, le daba la razón a Alexander.
                                  A través de los barrotes de la celda, le cogió la mano.
                                  Se alegraba muchísimo de verle.
                                  Ni uno solo de sus compañeros de armas había ido a visitarle. No estaba allí por ningún asunto relacionado con la guerra contra Francia ni por su amistad con Alexander. Estaba allí por culpa de su mala cabeza.
-Eso te pasa por ser tan putero-afirmó Alexander.
-No fue ni siquiera culpa de ella-se sinceró lord Valiant con la voz cansada-No puedo culpar a mi corazón porque no estaba enamorado de ella. Tan sólo la deseaba. No paré hasta que no la seduje.
                                   Ni siquiera se había tratado de seducirla como parte de su trabajo como espía. Era cierto que lord Valiant había usado sus dotes de seducción para conseguir información a las esposas de los altos mandos franceses.
-Esta vez fue distinto-añadió el hombre.
-Te sorprendieron con esa dama-observó Alexander.
-Fue Wellington. Él nos encontró juntos.
                               El asunto era grave. Lord Valiant se había encaprichado de la sobrina de aquel narizotas, pensó Alexander refiriéndose a Wellington de manera despectiva. No había pensado en que se trataba de una mujer casada. No había pensado en que se trataba de la sobrina del hombre al que lord Valiant decía admirar. No podía acusarse de nada a aquella dama. Era una patriota exaltada que hablaba de cortarle la cabeza a Napoleón.
-¡Te juro que no llegamos a consumar nada!-insistió lord Valiant-¡Intenté decírselo al Comandante! Pero me ignoró.
                              La desesperación del hombre era más que evidente. Grandes sombras oscuras surcaban sus ojos.
                              Uno de los que estaban allí presos insultó a lord Valiant. Por lo visto, se la acusaba de ser un traidor. Valiant le había acusado ante lord Wellington de traición a favor de Francia.
                               Pero era inocente. Alexander se apartó de lord Valiant.
                               Le vio más delgado. Estaba muy pálido. Lord Valiant le explicó que no comía nada desde hacía días. Sabía que no saldría de la cárcel durante mucho tiempo. Incluso, le habían degradado. Había sido expulsado del Ejército con deshonor. Alexander pensó, durante una fracción de segundo, en pedirle que se uniera a su causa.
                               No tardó en descartar aquella idea de su mente. Lord Valiant era tan fiel a aquel narizotas de Wellington que, a pesar de lo que le había hecho, no dudaría en hacer cualquier cosa con tal de recuperar su favor. Incluso, traicionando al joven del que decía ser amigo.
-¿Cuándo será el juicio?-quiso saber.
-No habrá juicio-contestó lord Valiant, dejándose caer al suelo.
-¿Y qué van a hacer contigo?
-No lo sé.
-¡Le van a colgar por las pelotas!-exclamó el asesino que era compañero de celda de lord Valiant.
                              El ladrón se echó a reír de manera histérica.
-Vendré a verte dentro de unas semanas-le anunció Alexander a lord Valiant.
-Váyase de aquí, muchacho-le pidió el hombre que estaba allí por haber robado una tarde-Este lugar es el Infierno. No hay salvación posible para el que entra en Newgate.
                                Alexander miró por última vez a lord Valiant. Y vio a un hombre que había sido derrotado.



                                          Era ya de noche cuando salió fuera de la prisión.
                                          Se dirigió a la posada donde se hospedaba, situada en Petticoat Lane. Había viajado a Londres sólo para visitar a lord Valiant, tras enterarse de que había sido arrestado.
                                         Buscó en su maleta los papeles que le había entregado su contacto.
                                         Era un mensaje encriptado. Hacía ya dos años que servía al Servicio de Inteligencia Francés. Dos años...
                                         Dos años que habían transcurrido muy deprisa.
                                         Estaba contento con la labor que desempeñaba al servicio del Gobierno Francés. Pero lo único que le quedaba para sentirse realmente feliz era recuperar a Charlotte.

viernes, 28 de agosto de 2015

ECOS DEL PASADO

Hola a todos.
Aquí os traigo un nuevo fragmento de Ecos del pasado. 
Tras algún tiempo sin subir ningún fragmento, me he animado a subir éste. Lo que quiero es poder encarrilar esta historia hasta que llegue a su merecido final, como corresponde.
¡Veamos qué ocurre entre Charlotte y Alexander!

-Ha vuelto-le susurró Melinda a Charlotte.
-¡No le mires!-le ordenó ésta.
-Pues no deja de mirarte, Charlie.
-¡No me importa! Me pone nerviosa cuando me mira así.
                             Sir Héctor estaba hablando con mister Flemming, el dueño de la casa.
                             Los Flemming estaban celebrando una pequeña fiesta para celebrar el cumpleaños de mistress Flemming.
                              Sir Héctor, Charlotte y Melinda habían sido invitados a la fiesta.
-Lord Charleston está enamorado de ti-afirmó Melinda.
-¡Voy a casarme con lord Craft!-le recordó Charlotte, alterada.
-Puedes romper tu compromiso con él. ¿Por qué no te das a ti misma una oportunidad? ¡Vete con lord Charleston!
-¡Me niego a seguir escuchándote!
                                 Charlotte detestaba discutir con Melinda.
                                 Decidió que era mejor estar sola. Había demasiada gente en el salón de los Flemming hablando.
                                 Algunas mujeres estaban hablando en voz baja de lord Valiant. Era el mejor amigo de Alexander y estaba considerado como un héroe nacional. Tenía demasiado éxito con las mujeres. Sin embargo, en aquel momento, estaba preso después de haber sido encontrado en la cama de una dama que estaba emparentada con el mismísimo Wellington. Una mujer casada...
                                Había anochecido. Charlotte buscó refugio en el jardín. Necesitaba despejar su cabeza.
                                Después de varios días de ausencia, Alexander había vuelto. Y seguía dispuesto a luchar por recuperarla. A atormentarla con su presencia.
-Vuelves a evitarme-le recriminó suavemente una cálida voz a sus espaldas.
                               Charlotte, sobresaltada, se dio la vuelta para encontrarse cara a cara con Alexander. Su corazón comenzó a latir con furia. Sus piernas temblaron ligeramente.
-¡Me estás siguiendo!-le echó en cara.
-No voy a parar hasta que no te haya recuperado-le recordó Alexander-Sé que tú todavía me amas. Y, en el fondo de tu corazón, piensas igual que yo. Es normal que tengas miedo.
                            Alzó la mano para acariciar con suavidad la mejilla de Charlotte.
                            Ella se estremeció con aquel contacto.
                             En el interior de la casa de los Flemming, el baile ya había comenzado.
-Yo no pienso igual que tú-se rebeló Charlotte, apartándose de él.
-¿Te gusta vivir siendo la esclava de alguien que no mira por su pueblo?-le interrogó Alexander-¿Sabes que el Príncipe de Gales está más preocupado por sus amoríos con mistress Fitzherbert que por aprender a ser un buen gobernante? ¿Qué clase de vida le espera al pueblo inglés de seguir por ese camino, Charlie?
-Una mala vida...Una vida miserable...
                              Charlotte se asustó al escucharse así misma hablar de ese modo. Quiso borrar aquellas palabras.
                             Alguien podía estar escuchándola. Podía detenerla allí mismo.
                             Alexander esbozó una sonrisa tranquilizadora. En el jardín estaban ellos dos solos. Nadie le haría daño. Estaba allí para protegerla.



-Me das la razón en eso, pero no admites que me amas-observó Alexander.
-¡No te doy la razón en nada!-exclamó Charlotte, consciente de que estaba mintiendo-El Príncipe George puede cambiar y ser un buen Rey. Aunque sea un maldito egoísta que sólo mira por sí mismo. ¡Pero eso no significa nada! Y yo...No...
-Dilo, Charlie. Di que no me amas.
-¡Maldito seas!
                              Lo siguiente de lo que Charlotte fue consciente fue de que Alexander la estaba abrazando con mucha fuerza. Y que sus labios se habían apoderado de sus labios. La estaba besando con tanta pasión que Charlotte lo único que hizo fue corresponderle.

domingo, 9 de agosto de 2015

FE DE ERRATAS

Hola a todos.
Hago esta entrada rápida para hacer una breve corrección sobre mi entrada de ayer, sobre una frase del escritor, periodista y filósofo Paulo Coelho.
Dije que era portugués. Pero estaba equivocada. Es de Río de Janeiro, en Brasil. O sea, que es brasileño.
Pido perdón por el error. Me confundí. Lo siento mucho.
Lo que sí que es cierto es una de sus frases (la meto de paso). Y es muy acertada porque siempre hay una historia de amor en sus novelas.

"El amor es la esencia de la vida".

Quizás, por eso, el amor nos vuelve mejor personas. Quizás, por eso, leer una novela romántica con su final feliz nos reconcilia con este mundo.


sábado, 8 de agosto de 2015

UNA FRASE DE PAULO COELHO

Hola a todos.
Durante los próximos días, pienso subir a este blog frases del gran escritor y periodista portugués, Paulo Coelho.
He leído varias de sus novelas. No es lo que se dice un escritor romántico, pero hay historias de amor muy bonitas en sus libros. Más bien, los argumentos de sus novelas son una excusa (y muy buena) para darnos una lección de Filosofía y sobre cómo debemos de tomarnos la vida.
Aquí os traigo una frase de la novela que le lanzó a la fama, El Alquimista. 

"El Amor nunca impide a un hombre seguir su Leyenda Personal. Cuando esto sucede, es porque no era el verdadero Amor, aquel que habla el Lenguaje del Mundo".

viernes, 7 de agosto de 2015

LAS MUSAS

Hola a todos.
Hago esta entrada breve dedicada a las Musas.
Son esos seres que inspiran a los artistas.
Escritores, poetas, músicos, pintores y escultores las conocen. Saben quiénes son. Quieren que ellas se queden con ellos. Son las que los inspiran. Las que hacen posible que sus obras salgan adelante. Pero también saben cómo son.
Se aprende a convivir con las Musas. Se las quiere. Y, al mismo tiempo, se las odia. No hay término medio.
Son caprichosas. Cuando las necesitan, desaparecen. Luego, reaparecen pasado algún tiempo. Y reaparecen con tanta fuerza que tienes que dejar lo que estás haciendo para dedicarte a ellas.
Te dictan. Te dicen lo que debes de hacer. Gracias a ellas, tus proyectos salen adelante. Pero no puedes forzarlas a estar contigo. Debes de dejarlas hacer.
En el fondo, saben cuándo es el momento de terminar un proyecto. Tú tan sólo te dejas guiar. Te dejas llevar por ellas.
Obligar a las Musas a trabajar es cometer un gran error. Porque se negarán en redondo a obedecerte.



Déjalas ir a su aire. Saben bien lo que están haciendo. Son seres que nadie ve. Pero que se sienten.
Están ahí.
Llevan milenios inspirando a los artistas. Haciendo lo que ellas saben hacer. Ayudar a crear buenas obras.
Ya sean novelas o cuadros. Se los debemos a ellas, a Las Musas.