viernes, 31 de julio de 2015

ME HA COSTADO

Hola a todos.
El título de la entrada lo dice todo.
He sudado la gota gorda con este blog. Bueno, ya conocéis su historia. Este blog es, en realidad, una blog novela. Yo tenía en mente cuando lo creé subir aquí algo grandioso.
Quería escribir la novela de las novelas. Sí, ya sé que estaba exagerando cuando lo creé. ¿Y qué fue lo que me pasó? Me pasó lo que me pasa siempre. Me bloqueé.
No sabía qué hacer. ¿Seguía adelante? ¿Lo dejaba? Ecos del pasado está siendo la historia que más trabajo me está costando sacar adelante. Creo que pensaba a lo grande cuando empecé con ella. Por ese motivo, me estaba costando tanto trabajo sacarla adelante. Y, finalmente, ocurrió.
Experimentó muchos cambios. Hubo muchos cambios de nombres de lugares. De nombres de personajes... Y, finalmente, ocurrió. Dejé de pensar a lo grande. Y empecé a escribir una historia sencilla, pero con mucho fondo. Estoy muy contenta con cómo está saliendo. Es la historia que quería escribir. Avanzo poco a poco con ella. Pero lo que estoy avanzando me tiene muy contenta.
Eso es lo que más me importa.



Y ellos son los que me han ayudado a desarrollar esta historia. La cabezota Charlotte...Y el apasionado Alexander...

jueves, 30 de julio de 2015

"LIVIN IN JAM", UNA CANCIÓN DE ANUNCIO

Hola a todos.
Últimamente, me ha dado por recordar las canciones que solía escuchar cuando estudiaba la E.S.O.
Livin in jam es una canción muy propia de esta época del año. La primera vez que la escuché, tendría unos quince años.
Pertenece al grupo Blue 4 U. Alcanzó una gran popularidad porque se convirtió en la canción que sonaba para el anuncio de la cerveza Estrella Damm (dicho esto, nunca he probado el alcohol y tampoco he fumado).
Es uno de esos casos en los que la canción que suena en un anuncio se hace más popular que el producto que se anuncia. La melodía es pegadiza y bailable.
Aquí os dejo con el tema para que lo bailéis.


lunes, 27 de julio de 2015

¿UNA CANCIÓN AUTOBIOGRÁFICA?

Hola a todos.
No tengo a Britney Spears entre mis cantantes favoritas, pero reconozco que tiene buenos temas. Lucky es un tema que se sale de lo que suele ella cantar. En lugar de hablar de amores no correspondidos, de música, de chicos o de deseo, habla de la vida de una estrella de Hollywood. Una joven que, pese a tenerlo todo, es muy desgraciada.
Es un tema muy profundo y, hasta cierto punto, muy triste. Es cierto que el tema es del año 2000, en plena época de apogeo de Britney. Sin embargo, después de todo lo que ha salido a la luz sobre ella, después de todo lo que hemos visto de ella, uno no puede evitar preguntarse si no es un tema autobiográfico.
Aquí os dejo con la emotiva Lucky. 


sábado, 25 de julio de 2015

ECOS DEL PASADO

Hola a todos.
El fragmento de hoy está centrado en la figura de la prima de Charlotte y su mayor consejera, Melinda.
Veamos qué pasa por su mente.

                                 Melinda buscó refugio en la biblioteca de la enorme casa de sir Héctor. Su tío había recibido a un hombre con el que pensaba hacer negocios. Charlotte, por su parte, había ido a visitar a una de sus amigas. Melinda se había quedado sola. Ya no recordaba la última vez que visitó su antiguo hogar, en Castle Combs.
                            Había pasado allí su infancia. Había sido una niña feliz hasta que sus padres murieron, siendo ella muy pequeña. Su madre falleció cuando Melinda tenía cuatro años y apenas guardaba recuerdo alguno de ella. La recordaba como una mujer de constitución frágil que siempre estaba enferma. Más tarde, su padre falleció mientras montaba a caballo. Por aquel entonces, Melinda tenía diez años.
                          Su padre siempre la llevaba con él cuando salía de cacería. Hacía mucho tiempo que no montaba a caballo.
                          Su padre se reía cuando la veía subida a lo alto de un árbol. Decía que le gustaba verla correteando por el jardín.
                          Entonces, Melinda se sentía en una nube.
                          Se acercó a una estantería. Se quedó mirando con aire ausente los libros que había allí y que pertenecían a sir Héctor.
                           Pero, entonces, encontró al hombre al que amaría eternamente. Pensó que se casarían algún día. Pero no tardó en despertar a la realidad.
                           El hombre al que amaba más que a su propia vida, en realidad, no estaba enamorado de ella. Tuvo que agradecerle que fuera sincero.
                           Acudió a verla una tarde y tomaron el té juntos. Melinda pensó que quería hablarle de los preparativos de la boda.
                            Pero su prometido tenía otros planes. Lo vio cansado y ojeroso.
-¿Qué te ocurre?-le preguntó.
                           El duque decidió sincerarse con ella. Le confesó que no la amaba. Y que no podía casarse con ella.
-¡Pensé que me amabas!-le espetó Melinda, dolida-¡Yo sí te amo!
-Eres una joven maravillosa, Melinda-le aseguró el duque-Lo siento mucho.
                          Había pensado que ella sería la mujer idónea para ser su esposa. Después de todo, Melinda era una auténtica belleza. Tenía unos ojos realmente hermosos y carecía por completo de experiencia en lo relativo al amor.
                          Pero no sentía nada cada vez que la besaba.
-Es mejor que rompamos-prosiguió el duque-La culpa ha sido mía. Te mereces a alguien mejor que yo. Por favor, perdóname.
-¡Intenta, al menos, quererme un poco!-le imploró Melinda, desesperada.
-No puedes conformarte con las migajas. Y yo sólo puedo darte eso. Migajas...
                          Intentando apartar aquellos malos recuerdos de su mente, Melinda cogió un libro.



                             Leer me distraerá un poco, pensó.
                             No podía ser feliz. Pero, al menos, intentaría ayudar a Charlotte a ser feliz.
                             Sonrió para sus adentros. Las tornas se habían cambiado. La impulsiva Melinda estaba intentando ayudar a Charlotte. Su comedida prima...

viernes, 24 de julio de 2015

MIEDO A MIRAR HACIA ATRÁS

Hola a todos.
El título de la entrada lo dice todo.
Me da miedo mirar hacia atrás.
El recordar implica tener que revivir en tu mente todo lo que has vivido.
Quieres quedarte con los recuerdos hermosos que tienes. Sin embargo, también has vivido cosas malas. Te han hecho daño. Pero, al mismo tiempo, tú también has hecho daño a otras personas.
Se puede vivir sabiendo que te han herido. Pero no puedes vivir sabiendo que el que has herido has sido tú. No quieres admitir que has cometido un error.
Sin embargo, tienes conciencia. Es a ella a quién tienes que rendir cuentas.
Es ella quién te recrimina lo que has hecho mal. Es tu conciencia la que te hace recordar. La que te dice que tienes que hacer el bien. Es tu conciencia a quién has de obedecer cuando has hecho daño.

sábado, 18 de julio de 2015

"WANT TO WANT ME", DE JASON DERULO

Hola a todos.
He querido hacer un pequeño inciso con mi blog novela Ecos del pasado. 
La entrada de hoy es muy breve.
Tan sólo quiero compartir con vosotros una canción que está sonando mucho en los últimos meses.
Se trata de Want to want me, del cantante y bailarín Jason Derulo.
Tiene un ritmo muy pegadizo y la canción invita a mover el esqueleto.
¡Disfrutad con ella!



viernes, 10 de julio de 2015

ECOS DEL PASADO

Hola a todos.
Hoy, os traigo un nuevo fragmento de Ecos del pasado. 
Seguimos viendo cómo avanza la relación entre Charlotte y lord George.

                                   Vinieron unos días en los que el Sol brilló más que nunca.
                                   Charlotte no vio a Alexander en aquellos días. Pensó que había abandonado la isla para siempre. A pesar de la tristeza que la embargó, intentó disfrutar de la compañía de su prometido, lord George.
                                 Apenas hablaba cuando salía a pasear con él. A pesar del silencio con el que solían pasear por la orilla del río, Charlotte se decía así misma que estaba contenta. Caminaban entre los árboles. La isla estaba tranquila. Saludaban a los vecinos con los que se cruzaban. De vez en cuando, lord George le hablaba de Londres. De la magnífica mansión que tenía en el barrio de Mayfair. De una casa solariega que tenía en la campiña. De su deseo de viajar lo antes posible al continente para ponerse al servicio de lord Wellington.
                               Estaba convencido de que él solo derrotaría al Ejército de Napoleón. Sin embargo, Charlotte, lejos de sentir admiración por él, sentía terror.
                             Una tarde, aceptó salir con él.
                             Hacía una tarde espléndida y podían merendar cerca de uno de los dos pequeños embarcaderos que tenía la isla.
                            Charlotte se sintió incómoda al caminar con lord George.
                            Iba cogida de su brazo.
                           Charlotte llevaba una cesta de mimbre colgada de su brazo que contenía la merienda.
                           Al llegar a su destino, lord George extrajo un mantel del interior de la cesta de mimbre. Lo extendió por el suelo. Charlotte y él tomaron asiento en el mantel. El aristócrata tenía muchas cosas que decirle a Charlotte aquella tarde. Pero no sabía por dónde empezar.
                           Dieron cuenta de un delicioso pastel de carne. Y bebieron un poco de vino rosado.
                           Mientras merendaban, lord George le expuso a Charlotte sus planes.
-Voy a regresar al Ejército-le informó-Todavía soy joven y gozo de una salud excelente. Quiero pelear en Francia.
-¿Se ha vuelto loco, milord?-se sorprendió la joven.
-Querida, es Napoleón el que se ha vuelto loco. El pueblo francés se volvió loco cuando guillotinó a sus Reyes.
-¿No ha pensado que, a lo mejor, los Reyes estaban haciendo las cosas mal? Cierto es que lo que se hizo con ellos fue una salvajada. Pero el pueblo estaba sufriendo mucho. Pasando hambre. Calamidades...
-Por eso, hay que restaurar el orden de las cosas, querida.
                         Charlotte tembló al pensar que lord George podía matar a compatriotas suyos. A hombres que creían en la causa de Napoleón. Hombres que eran como lord George.
                         Trató de pensar que aquellos hombres eran unos traidores y que merecían morir. Pero, en su lugar, pensó que podían tener una familia que sufriría por ellos.
-¿De veras lo vas a hacer?-le interrogó Charlotte, asustada-Piensa que corres un riesgo muy serio. Podrías morir.
-Es la primera vez que me tuteas-contestó lord George sonriendo.
-Le ruego que me disculpe, señor. Pero su seguridad me preocupa mucho.
                       Lord George se inclinó y besó a Charlotte en la frente.



-No me pasará nada-le prometió.
-¿Cuándo regresará?-quiso saber Charlotte.
-Me gustaría partir lo antes posible. A mi regreso, nos casaremos. Estoy convencido de que Napoleón será derrotado en cuestión de unos meses.
-Podría no pasar eso.
                         Charlotte no lo sabía. Lo cierto era que Alexander había viajado a Maidenhead. Se había encontrado allí con un agente del Servicio Secreto de Napoleón.
                         A Alexander le había llegado un mensaje en clave que había sido interceptado y que iba dirigido al General Wellington.
                        Su misión consistía en desencriptarlo. En averiguar qué ponía. Alexander era un agente novato, pero había demostrado ser bastante eficaz. Se encontró con monsieur Vinsonnau, que así se llamaba el agente, en el puente de la ciudad.
                        Era medianoche cuando ambos se encontraron. Monsieur Vinsonnau llevaba un rato esperando a Alexander. Ni siquiera Valiant estaba al tanto de aquel encuentro. Sabía que su amigo iba a volver a sermonearle acerca de sus ideas.
-Aquí lo tiene-le dijo a aquel agente nada más verle-Traigo información muy interesante.
                      Monsieur Vinsonnau tomó las dos hojas de papel que le tendió Alexander. Tuvo que leer lo que ponía a la luz de la Luna. Escuchó la explicación que dio el joven.
-Quieren enviar a un contigente a Francia-le explicó Alexander-Su objetivo es desembarcar en Lille. Desde allí, marcharían en dirección a París.
-No se lo permitiremos, garçon-afirmó monsieur Vinsonnau-¿Hay algo más?
-La idea es ir de incógnito. Uno de sus agentes podría ir a ustedes haciéndose pasar por traidor. Su objetivo es averiguar los siguientes pasos que hemos de dar. ¿Cómo se llama el hombre que ha sido asignado para esa misión? No me acuerdo. ¡Sí! Su nombre es lord James Putney. Es el conde de Kirkland. No le conozco personalmente, pero es uno de los pelotas de la Casa Carlton.
-Habla con mucha franqueza, garçon. Eres impulsivo. Pero sabes hacer bien tu trabajo. Merci!
-Conseguiremos librar a Europa de esta tiranía. El pueblo francés nos mostró el camino a seguir.
                        Se despidieron con un fuerte y sincero apretón de manos.
                        Alexander regresó a la posada donde se hospedaba.
                        Había salido completamente vestido de negro a la calle. Una bufanda del mismo color negro cubría su cara. Habían sido para él unos días muy duros sin poder ver a Charlotte. Sin embargo, estaba contento con el deber cumplido.
                        No pensaba renunciar a sus ideales. En el fondo, Charlotte pensaba lo mismo que él. El problema era su terquedad.
                        Negaba tanto su manera de pensar real como el amor que le profesaba.


miércoles, 8 de julio de 2015

ECOS DEL PASADO

Hola a todos.
Hoy, os traigo un nuevo fragmento de Ecos del pasado. 
Charlotte sigue negando lo que realmente siente por Alexander mientras sigue adelante con sus planes de boda con lord George.
¡Veamos qué ocurre!

-Me gustaría que nos casáramos cuanto antes-le pidió Charlotte a lord George-Es lo que más deseo en el mundo.
                         Miró a su prometido con sus grandes y hermosos ojos.
                         Lord George y ella habían salido a dar un paseo por la orilla del río. Él también llevaba algún tiempo pensando en la boda.
-¿Cuándo quieres que nos casemos, querida?-quiso saber él.
-Cuando usted diga-contestó Charlotte-Pero que sea más pronto que tarde.
-¿Ocurre algo? Siempre se ha dicho que cuando una joven está desesperada por casarse es porque algo malo le ocurre.
-¡No haga caso! Milord, le tengo mucho cariño. Y sé que puedo llegar a ser para usted una buena esposa.
                         Charlotte caminaba cogida del brazo de lord George.
                          Había transcurrido una semana desde su apasionado encuentro de la mansión de Alexander.
                          Durante todos aquellos siete días, él había intentado ponerse en contacto con ella.
                          Le enviaba notas que Charlotte quería romper. Pero terminaba guardándolas en un cajón de su habitación.
                          No sabía qué hacer. Ya no podía conciliar el sueño por las noches.
                         Melinda se había puesto de parte de aquel traidor. Charlotte odiaba con todas sus fuerzas aquella palabra. Alexander estaba trabajando al servicio de Napoleón. Estaba convencida de que llevaba a cabo labores de espionaje para él.
-Estás siendo una buena prometida-opinó lord George-Pero me gustaría esperar un poco. No soy tan viejo como piensas. Aún me mantengo fuerte y me gustaría viajar al continente. He sido soldado. Aún soy soldado. Pienso ponerme al servicio de Wellington. Quiero luchar contra ese tirano de Napoleón.
-Es usted muy valiente-opinó Charlotte con voz distraída.
                          Lord George le habló de su amor por Inglaterra. De su deseo de verla libre de traidores malnacidos que querían imponer el caos que se había establecido en Francia. De su deseo de matar a Napoleón él mismo.
                         Charlotte le escuchaba con horror.
                         Lord George la acompañó a su casa y se despidió de ella depositando un beso en su mano.
-Te casarás con un héroe-auguró el hombre.
-Sí...-susurró Charlotte.
                           Lord George se alejó.
                          Charlotte escuchó el susurro del río a su paso por la isla.
                          Me voy a desmayar, pensó mientras sentía cómo las piernas se le doblaban. Lord Craft es demasiado bueno. No se merece a una mujer como yo.
                            No sentía nada cuando lord George besaba su mano.
                            Recordó la noche en la que conoció a Alexander. Nunca antes había visto a un joven tan apuesto como él. Recordaba haber recorrido con la mirada la esbelta figura del joven lord Charleston. Sí, era delgado. Pero estaba muy bien formado.
                         Charlotte no era ninguna descarada.



                          Sus rasgos eran agradables y, al mismo tiempo, eran atractivos.
                         Era un poco más alto que ella. Sin embargo, a Charlotte le resultó imposible apartar la vista de él. Su corazón latía a gran velocidad.
                          Era la primera vez que le ocurría. No sabía lo que le estaba pasando.
                         Su piel era blanca, pero estaba sano y era fuerte. Sus ojos eran de color oscuro. Su cabello era del mismo color oscuro que sus hermosos ojos.
                          Su piel ardía cuando Alexander besaba su mano.
                          Se estremecía cuando su boca se apoderaba de la boca de ella.
                         Charlotte se obligó así misma a entrar en casa. No podía seguir pensando en él de aquel modo.
                          Pero no podía olvidar nada de lo que vivió aquella noche tan especial para ella.
                          Le dio un abrazo a Melinda, quién salió al recibidor a saludarla.
                         La joven se percató de lo pálida que estaba su prima. Quiso preguntarle si había discutido con lord George. De pronto, pensó que se trataba de algo relacionado con Alexander. El mayordomo le había abierto la puerta a Charlotte. Estaba allí. Debían de hablar a solas en otra parte.
                           Era la hora del té.
                           Dieron cuenta cada una de una taza de té en el salón.
-¿Dónde está mi padre?-se interesó Charlotte.
-Acaba de salir-contestó Melinda.
-No le he visto.
                           Un mechón de pelo castaño se le vino a Charlotte a la frente.
                            No voy a llorar, pensó la joven.
                           Necesitaba olvidar a Alexander de una vez por todas. Podía tratarse de simple lujuria. Después de todo, sólo había estado con él.
                            El recuerdo de las noches apasionadas que había vivido entre sus brazos asaltó con fuerza la mente de Charlotte.
-¡No soy la ramera de un traidor!-escupió con rabia.
-¿Quién ha dicho que seas eso?-le preguntó Melinda con curiosidad.
-Me lo digo a mí misma todos los días. ¡Ya no soy la ramera de un traidor! ¡No lo soy ya!
-Sólo eres una mujer enamorada.
-¡Me casaré con lord Craft!

domingo, 5 de julio de 2015

UN GIF DE ALEXANDER Y DE CHARLOTTE

Hola a todos.
Sé que estamos en periodo estival. Sin embargo, me niego a dejar esta historia a medio terminar.
Mi mayor deseo es poder terminar Ecos del pasado antes de que acabe el año porque lo merece. ¡Ya va siendo hora de que tenga un final después de que le haya costado tantísimo trabajo arrancar!
Sin embargo, eso no depende de mí, sino de la inspiración. Y yo espero que colabore la inspiración, no sólo en esta historia, sino en las muchas que tengo pendientes terminar. ¡Y arrancar!
De momento, os dejo con este gif que he encontrado en Internet de la película La joven Jane Austen. 
Las caras de los actores Anne Hathaway y James McAvoy, que interpretan en la película a Jane Austen y a Tom Lefroy, me han servido de inspiración para ponerles cara a Charlotte y a Alexander.
Espero que os guste este gif.



Coincide mucho este gif con el momento en el que Charlotte y Alexander se conocen, en un baile.