miércoles, 25 de febrero de 2015

UN EJEMPLO DE CABEZONERÍA: DUNCAN Y MEGAN

Hola a todos.
Ayer, os hablé del segundo libro de la saga Las guerreras, de Megan Maxwell.
Hoy, me gustaría hablaros del segundo libro. Se trata de Deseo concedido. Su protagonista, Megan Phillips, es posiblemente una de las mujeres más tercas y cabezotas que jamás he conocido. La Literatura romántica está llena de mujeres así, pero Megan las gana a todas.
Megan es hija de padre inglés y de madre escocesa y tanto ella como sus hermanos son despreciados por eso. Teniendo en cuenta que estamos en la Escocia medieval, con su deseo de ser independiente de Inglaterra, Megan y sus hermanos nadan entre dos aguas, sin ser aceptados ni por los ingleses ni por los escoceses.
Megan es una joven de carácter fuerte que es, además, fuerte físicamente, ya que es diestra en el arte de la espada, en la lucha cuerpo a cuerpo, etc. Es independiente y se enfrenta a todo el mundo, incluido a Duncan. Los dos se enamoran, pero son muy cabezotas y orgullosos.
El fragmento que os traigo os habla de cuán cabezotas pueden llegar a ser hasta por algo tan estúpido como que él le pide a ella que le llame por su nombre de pila.
Es una novela divertida, con acción, aventura y mucho romanticismo y sentimientos a flor de piel.
Pero Duncan y Megan están pidiendo a gritos que alguien les dé una colleja por cabezotas.
Aquí os lo dejo:

—Llámame Duncan. 
—Disculpad, laird McRae. Pero no creo que sea buena idea que os llame de esa manera. No debemos olvidar quién sois. Prefiero llamaros laird McRae. 
—Duncan. Me gustaría y preferiría que me llamaras así. 
—¡No! He dicho que no, laird McRae, no insistáis. 
—Duncan. 
—No. 
—¡Eres cabezota, mujer! 
—¡Por todos los santos celtas! ¿Cuántas veces tengo que deciros que no, señor? 
—Hasta que digas sí. 
—No lo diré. Además, permitidme deciros que estoy segura de que si os llamo Duncan, luego querréis algo más de mí y yo no estoy dispuesta a daros nada. Porque, que os quede claro, soy pobre, pero decente. No caliento el lecho de nadie y tened por seguro que aunque seáis el poderosísimo Halcón, y las mujeres se peleen por estar con vos, a mí no me impresionáis. Por lo tanto, os agradecería que no volváis a insistir, laird McRae. 

 Portada de Deseo concedido, de Megan Maxwell.

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