viernes, 23 de octubre de 2015

ECOS DEL PASADO

Hola a todos.
En el fragmento de hoy de Ecos del pasado, las intenciones de Martin hacia Melinda son bastante honestas.
¿Qué pasará entre esta pareja?
¡Vamos a descubrirlo!

                                Era la Epifanía de los Reyes Magos.
                                Charlotte encontró a Melinda dando un paseo por la orilla del río Támesis.
                               Había ido a informarle que sir Héctor estaba reunido con alguien en su despacho. Dorcas le informó a Charlotte de que se trataba de un pretendiente de Melinda.
                               La joven sabía de quién se trataba. Tenía la sensación de que todo lo que estaba viviendo era un sueño.
-¡Esto no puede ser real!-exclamó.
-Lord Moreland está enamorado de ti-insistió Charlotte-¿Acaso no correspondes a ese amor?
-¡Está ocurriendo demasiado deprisa!
-Puedo entender por lo que estás pasando.
                             En cierto modo, el pensar en un posible compromiso entre Martin y Melinda ayudaba a Charlotte a olvidar sus problemas. Martin había ido a visitar a sir Héctor para pedirle permiso para cortejar a su sobrina.
                             Charlotte había escuchado parte de la conversación que su padre había mantenido con el joven conde. Martin estaba realmente enamorado de Melinda.
                             Y Charlotte se alegraba por su prima. Melinda merecía ser feliz.
-Es por lo que se cuenta sobre su madre-terció la joven.
-El pasado de esa mujer y sus orígenes me importan un bledo-replicó Melinda-No miro esas cosas en una persona. Martin...
-Te ama.
                                 En aquel momento, escucharon unos pasos acercándose a ellas. Se sobresaltaron.
                                 Charlotte pensó en salir corriendo. Pero se había quedado paralizada.
                                 El origen de todos sus problemas estaba ante ella. Alexander debía de haberla seguido. O debía de estar esperándola escondido detrás de algún árbol. ¡Y ella no quería verle!
-Celebro verte de nuevo, Charlie-afirmó Alexander, contento.
-Mi prima está haciendo de casamentera conmigo-le contó Melinda, risueña.
-Se le da bien buscarle pareja a otras personas. Pero, ¿qué ocurre con ella? Charlie...¿Me estás evitando?
                               Las mejillas de Charlotte se encendieron. ¡Por supuesto que le estaba evitando! No quería verle.
                                Debía de pensar en muchas cosas. Su futuro enlace con lord George...La eventual boda de Melinda con Martin...No debía de perder el tiempo en tonterías. Alexander era una tontería.
                                Se corrigió a sí misma. No era una tontería. Alexander...
-Ahora mismo, mi prima y yo nos disponíamos a volver a casa-le informó.
                                Intentó ser dura con él. Pero su voz sonó temblorosa.
                                Alexander se acercó a Charlotte y la besó con suavidad en los labios.
                                Lo último que quería era discutir con ella. Tenían que hablar de muchas cosas. Pero, al menos, Charlotte sabía que él no se había rendido. Pensaba luchar por ella con todas sus fuerzas.
                               Besó la mano de Melinda y se marchó.
                              Las dos primas decidieron regresar a casa. Melinda quería hablar sobre el encuentro con Alexander. Pero Charlotte evitó el tema.



                               Sir Héctor y Martin las estaban esperando en el salón cuando llegaron. En realidad, estaban esperando a Melinda.
-Tu tío me ha dado permiso para cortejarte-le anunció Martin, feliz.
                               Ante el estupor de Melinda, el joven conde la abrazó con fuerza.
                               Sir Héctor carraspeó, visiblemente abochornado. Desde luego, dedujo, Martin debía de haber heredado su carácter impulsivo de su madre. Melinda tenía las mejillas enrojecidas. Seguía pensando que nada de lo que estaba pasando era real.
-Me alegro mucho por los dos-anunció Charlotte.
                               Martin se acercó a ella y la besó en ambas mejillas.

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