viernes, 23 de mayo de 2014

LA TRAICIÓN

Hola a todos.
Me he decidido a subir a este blog un cuento que hace algún tiempo que escribí.
Se titula La traición y no se trata de un cuento precisamente romántico. Es un cuento más bien triste porque relata la tragedia que vive una aristócrata joven y bella, atrapada en un matrimonio sin amor y perseguida por la tragedia, cuando se entera de que su esposo le ha sido infiel.
Espero que os guste.

                           Zayra había oído algunos comentarios acerca de quién pudo ser su madre. La vida había sido muy dura para ella. Se podía decir que había pasado casi toda su adolescencia en la calle. Dio muchos tumbos. Abandonó el orfanato en el que se había criado cuando tuvo ocasión, al cumplir trece años. Estaba harta de dormir en el suelo. Y las comidas que le servían, además ser escasas y frías, eran asquerosas. Pero, sobre todo, estaba harta de golpes por cualquier tontería.
            Cambió su apellido real, Foundling, por Cooperhilly. Se quedó a vivir en Rye, en el condado de Sussex.. Su historia era más bien triste. Le abandonaron nada más nacer. Le marcó la dura vida que llevó en el orfanato. Y eso acabó forjando su carácter. Zayra se juró así misma que lucharía para salir adelante. Pensaba que la vida, al final, sería justa con ella. En un primer momento, así lo creyó. 
            Al cabo de algunos años, ya siendo siendo ya una mujer casada, le llegaron algunos rumores. Era la hija de una prostituta. Su padre pudo haber sido cualquiera de sus clientes.
            Una familia le dio cobijo en Rye. Los Cooperhilly…
            Se trataba de una familia numerosa. Eran el matrimonio y trece hijos. Ya tenían nietos. Vivían muchos de ellos en la misma casa. 
              Necesitaban ayuda. Zayra bien podía ayudarles. Pero a la mujer le inquietaba la presencia de la joven. La consideraba demasiado hermosa como para vivir con ellos. Pero, aún así, se acostumbró a su presencia. 
            Vivió con ellos siendo una más. Comió en la misma mesa que ellos.
            Durmió en un lecho de paja.
            Por lo menos, no era maltratada. Se acostumbró a vivir con los Cooperhilly. A comer comida caliente. A estar bajo un techo. Los Cooperhilly no eran especialmente cariñosos. Pero no maltrataban a sus hijos.
            Le dejaron que se quedara con ellos a cambio de que trabajara. Y eso fue lo que hizo. Trabajar duro.
            Trabajó como pastora. Trabajó en el campo. Pero no servía para ninguno de aquellos trabajos. La familia decidió enviarle, junto con una de sus hijas, a servir a casa de una adinerada familia, los Jasper.
            Los dos partieron rumbo a Londres. Iban a trabajar allí como criadas. Y fue allí donde encontró el amor. El verdadero amor…
             Anthony Jasper era el hijo de sus patronos. Zayra se enamoró de él nada más verle. 
             Además, era el futuro duque de Clovelly. 
             Anthony pareció enamorarse realmente de Zayra. 
             Curiosamente, los padres de Anthony no se opusieron a la unión del futuro duque con una sirvienta de dudoso origen. 
                Zayra no podía creerse nada de lo que estaba pasando. Tenía la sensación, mientras una de las mejores modistas de todo Londres le tomaba medidas para confeccionar su vestido de novia, que estaba soñando. Iba a casarse con un auténtico Lord. 
                 Sus futuros suegros la adoraban. Era demasiado bueno como para ser verdad. Desgraciadamente, Zayra no tardaría mucho en darse cuenta de que era cierto. Para entonces, ya estaba demasiado enamorada de Anthony como para renunciar a él. 

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