Hola a todos.
Y, hoy, seguimos con más escenas eliminadas de mi novela Un amor prohibido.
¡A ver qué os parece ésta!
Transcurrieron seis años.
El escándalo estalló el mismo año que nació Olivia.
Para entonces, Jay y April llevaban casados seis años.
Habían sido padres de una preciosa niña.
Se llamaba Elsie. Se parecía mucho a April en el carácter y también en el físico. Para entonces, el sheriff MacKinley era un hombre casado en segundas nupcias con Jenna. Al hijo que adoptó en su primer matrimonio, Gray, se le unió una niña que adoptó poco antes de casarse con Jenna. La llamaron Brianna.
La vida de April transcurrió de manera tranquila. Se fue a vivir con su marido al pueblo. Pero seguía acudiendo al rancho de sus padres para ver a sus hermanos.
Salía menos a montar a caballo porque Jay se lo había prohibido. No participaba en cacerías porque Jay también se lo había prohibido. En ocasiones, April se preguntaba si lo que pretendía su marido era que se muriera de asco. Para entonces, sus padres estaban preocupados por su hermana menor.
Alice tenía ya diecisiete años.
Cumpliría dieciocho años en unas pocas semanas. Y Clifford estaba preocupado por ella. Por suerte, no había heredado el carácter impetuoso de su hermana mayor. Era más tranquila.
April se cepillaba ella misma el cabello todas las noches cuando se disponía a irse a la cama a descansar. Y se daba cuenta de que estaba perdiendo cada día que pasaba más pelo porque lo veía en los mechones oscuros que quedaban en el cepillo cuando ella terminaba de peinarse. Era una especie de tortura para ella.
Se sentía vieja.
Echaba de menos la época en la que cazaba búfalos. Ya no podía participar en ninguna cacería.
Echaba de menos la época en la que podía salir a dar largos paseos a caballo. De algún modo, se sentía prisionera en su propia casa. Se ocupaba de criar a su pequeña Elsie. Jay se pasaba gran parte del día en el despacho. No le cabía la menor duda de que sentía un gran cariño por su hija. Pero Jay, en su fuero interno, deseaba tener un hijo. April llevaba unos pocos días de retraso en su menstruación. Su figura todavía estaba plana, pero sospechaba que iba a tener un nuevo hijo en cuestión de unos ocho meses.
Pero también pensaba en Alice.
Su hermana era muy parecida a ella, ya que tenía el mismo cabello de color negro intenso como el azabache. Sus ojos eran de color negro y de mirada profunda. En el caso de Alice, había mucha dulzura en su mirada. Era cierto lo que se decía. Alice se había convertido en toda una belleza.
Sus labios eran sonrosados y estaban trazados de un modo muy delicado. Y su barbilla era ligeramente redonda y suave. Era de complexión delgada. Todavía llevaba su cabello recogido en dos trenzas.
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