Hoy, empiezo a subir fragmentos de la versión extendida y completa de mi relato Una carta de amor.
Deseo de corazón que os guste.
ISLA DE ANGLESEY, EN LA COSTA DE GALES, 1801
Kate contempló el mar que se extendía ante ella.
Lo que nunca pensó era lo que había ocurrido. Jamás lo habría imaginado.
Solía salir a dar un paseo todas las tardes y sus pasos la llevaban hasta la playa. Era lo que más hacía desde que se quedó viuda. El año 1801 estaba a punto de finalizar.
Tanto su mejor amiga Jane como su madre eran mujeres que parecían vivir vegetando. A Jane le gustaba leer. A la madre de Kate le gustaba bordar. Kate no podía permanecer sentada ni un instante, una manía que se agudizó desde la muerte de su marido. Tenía la sensación de que todos los libros que había leído se repetían en su mente.
Desde que murió su marido, su madre no paraba de quejarse. Y su padre parecía que había perdido a un hijo, a pesar de que nunca soportó a su yerno.
Los padres de Kate no veían la hora de verla de nuevo casada y lejos de ellos, más porque se estaban haciendo viejos que por otra cosa. Kate recordaba cómo su padre despilfarró la fortuna familiar en partidas de naipes. En furcias...En negocios que terminaron mal...
Y la situación había empeorado. El marido de Kate parecía la solución a sus problemas. Era miembro de una adinerada familia. Era un condecorado militar del Ejército Británico. Sin embargo, tras la muerte de éste, Kate tenía que admitir que su matrimonio había sido un error que no tenía la intención de repetir.
El periodo de luto finalizó en la época en la que la vida de su amiga Jane cambió para siempre. ¿Tanto tiempo había pasado desde entonces? Y sólo habían transcurrido unos meses. Entonces, Kate decidió que no pensaba seguir llevándole luto al imbécil de su esposo. Y Jane se enamoró. Se enamoró de un pintor que estaba de paso por Anglesey.
En el pasado, Kate no había tenido mucha suerte en su puesta de largo. Durante su primera temporada en sociedad, no consiguió atraer la atención de ningún caballero. No ocurrió lo mismo con Jane. Tuvo numerosos pretendientes.
Tan sólo dos hombres le pidieron matrimonio a Kate en aquella época y ella los recordaba con desagrado. Incluso, los recordaba con asco.
Eran bastante mayores que ella, viudos y con hijos que lo único que buscaban era una esposa joven que hiciera de niñera para sus hijos. Kate, por supuesto, los rechazó.
Sus padres se enteraron del rechazo que hizo Kate de aquellas dos proposiciones de matrimonio. Su madre se encargó de hablar con ella. La mujer empezó a llorar al pensar que Kate estaba cometiendo un error. Sólo pensaba en su bien.
Si seguía su hija por aquel camino, le intentó hacer bien, acabaría siendo una recogida en la casa de algún familiar. O acabaría trabajando como dama de compañía para su amiga Jane. Kate no le hizo caso. Le daba pena ver llorar a su madre porque la veía amargada. En su opinión, no sería tan duro ser la dama de compañía de Jane. Estaban muy unidas.
No había pensado en casarse hasta que aquel apuesto hombre apareció en su vida.
Llegó y le mostró cuán arrogante era. Pero también era apuesto y gallardo. Kate cometió una estupidez.
Se dejó robar un beso por él.
Y llegó a la conclusión de que lo amaba.
Se casaron en una ceremonia que se celebró prácticamente a escondidas. Pero el matrimonio no duró mucho tiempo, por suerte. También, por suerte, no llegaron a tener hijos.
Menos de un año después de la boda, el marido de Kate la tenía prisionera en su propia casa. Y el deslumbramiento que tuvo cuando le conoció se le fue de un plumazo. En su opinión, lo único sensato que hizo su esposo fue morirse.
Tuvo que regresar al hogar de sus padres. El Ejército no le pasaba ni siquiera una miserable pensión por ser la viuda de un oficial condecorado. El motivo era que su esposo no había muerto en el continente combatiendo contra Napoleón sino de una manera bochornosa en Anglesey. Durante una reyerta con el proxeneta de la prostituta que solía frecuentar. Naturalmente, Kate sólo le contó aquella verdad a su mejor amiga Jane y a sus padres. Ya sabía que su esposo le era infiel. Su muerte fue humillante para ella. El Ejército prefería no pensar en eso.
Jane siempre había sido la más correcta de las dos. La que siempre intentaba darle consejos. Pero, en algún momento, el amor llegó a la vida de Jane. Y nubló por completo su sentido común.
Interesante relato sobre la vida de esta mujer en esos años. Te seguiré leyendo. Saludos
ResponderEliminarHola Jorge.
ResponderEliminarTe agradezco de corazón que te esté gustando este relato. Son dos mujeres las que tienen un peso aquí importante.
Un saludo y mil gracias.