Hola a todos.
Hoy, vamos a seguir viendo más escenas eliminadas de Un amor prohibido.
En esta ocasión, seguimos centrándonos en la pareja formada por William y por Alice.
¡Vamos a ver lo que les pasa!
Alice estaba paseando sola por la llanura.
Era una noche de Luna Llena.
De pronto, vio a una figura que se iba acercando poco a poco a ella.
No era William.
Se trataba de una mujer. Iba vestida a la manera comanche. Pero Alice se dio cuenta de que se trataba de una mujer blanca. Llevaba su cabello de color dorado recogido en dos trenzas que caían sobre sus hombros. Alice sintió cómo se le paraba el corazón cuando reconoció a aquella mujer. Era la cuñada de William.
La mujer que estaban enterrando junto a su marido cuando Alice le conoció.
-Yo no pude ser feliz junto a Espíritu Cazador-empezó a hablar aquella mujer.
-¿Por qué te apareces ante mí?-le preguntó Alice, empezando a asustarse-¡Estás muerta!
-Tú puedes ser feliz junto a William. No me gusta llamarle así. Pero prefiere utilizar el nombre que le dio mi gente. Yo decidí quedarme en este lugar. Y tanto mi marido como yo lo hemos pagado con nuestra vida. No he llegado, ni siquiera, a tener a mi hijo. Mi descendencia no sería numerosa, como oí decir una vez al chamán de la tribu.
Le cogió la mano a Alice.
-Tú puedes hacer realidad ese sueño-prosiguió la mujer-Tú puedes ser feliz al lado de William. Pero, antes, tenéis que abandonar este lugar.
-¿Por qué tengo que abandonar San Ezequiel?-le preguntó Alice, aterrada.
-Nadie aceptará que tú seas la mujer de un comanche. Mi marido era mestizo, hijo de una comanche y de un blanco. Y no era aceptado en ninguno de los dos sitios. Vivía en una especie de limbo. No era blanco. Y tampoco era comanche. William sí es comanche igual que tú eres blanca.
-Pero William y yo nos queremos.
-Nadie lo aceptará, Alice. Por vuestro bien, abandonad San Ezequiel.
La mujer desapareció.
En aquel momento, Alice despertó ahogando un grito.
Encendió la lámpara de su mesilla de noche.
Miró por su habitación. Estaba sola.
En aquel momento, Elaine entró en su cuarto. Parecía estar preocupada.
-Te he oído gritar-dijo la mujer.
-He tenido un sueño muy extraño-le confesó Alice.
Pero no le quiso contar nada más a su madre. Elaine se sentó a su lado en la cama. Alice era el polo opuesto a April. Sentía que debía de estar protegiéndola en todo momento. En cambio, April era más fuerte.
-Ha sido sólo una pesadilla y no tienes de qué preocuparte-le aseguró Elaine a su hija menor-Ya ha pasado.
Alice sentía cómo le latía a toda velocidad el corazón.
Está aquí, pensó. No podía verla. Pero sentía la presencia de aquella mujer cerca de ella. Su espíritu no la amenazaba. Al contrario...Parecía querer protegerla. He iniciado un camino difícil, pensó Alice.
No hay comentarios:
Publicar un comentario