Hola a todos.
Hago esta entrada breve dedicada a las Musas.
Son esos seres que inspiran a los artistas.
Escritores, poetas, músicos, pintores y escultores las conocen. Saben quiénes son. Quieren que ellas se queden con ellos. Son las que los inspiran. Las que hacen posible que sus obras salgan adelante. Pero también saben cómo son.
Se aprende a convivir con las Musas. Se las quiere. Y, al mismo tiempo, se las odia. No hay término medio.
Son caprichosas. Cuando las necesitan, desaparecen. Luego, reaparecen pasado algún tiempo. Y reaparecen con tanta fuerza que tienes que dejar lo que estás haciendo para dedicarte a ellas.
Te dictan. Te dicen lo que debes de hacer. Gracias a ellas, tus proyectos salen adelante. Pero no puedes forzarlas a estar contigo. Debes de dejarlas hacer.
En el fondo, saben cuándo es el momento de terminar un proyecto. Tú tan sólo te dejas guiar. Te dejas llevar por ellas.
Obligar a las Musas a trabajar es cometer un gran error. Porque se negarán en redondo a obedecerte.
Déjalas ir a su aire. Saben bien lo que están haciendo. Son seres que nadie ve. Pero que se sienten.
Están ahí.
Llevan milenios inspirando a los artistas. Haciendo lo que ellas saben hacer. Ayudar a crear buenas obras.
Ya sean novelas o cuadros. Se los debemos a ellas, a Las Musas.
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